sábado, 27 de junio de 2009

Obsesión 3 – (Blanco o blanco, diferencia de conceptos)

"El hombre feliz es mas raro que un cuervo blanco" (Juvenal)

Escuchando la canción “Ojalá” de
Silvio Rodriguez, casualmente y, por esas extrañas asociaciones que hace la mente, una frase del estribillo (o, mejor dicho, una pequeña parte del estribillo) me condujo inmediatamente a un poema de Ezequiel Ambrustolo (un amigo poeta que me convidó con su libro “La fuerza de las horas” hace unos meses)
La pequeña fracción del estribillo es la siguiente:

“Ojalá pase algo que te borre de pronto:una luz cegadora, un disparo de nieve” (…)

Llama la atención, ¿no? El disparo de nieve. Pues, a mi me llama la atención. Transmite la noción de algo blanco, repentino, terminante y hasta diría purificador. Algo que te borre de pronto. Te limpie, te saque de mi vida sin dejar rastros. ¿Es eso lo que quiere decir Silvio?. Una luz cegadora, algo que tambien se me antoja blanco. Tanto fue así que me condujo al poema de mi amigo, oportunamente denominado Poema Blanco. Lo leemos, lo paladeamos, luego seguimos.



Poema Blanco

Para escribir el otro poema,
el que no vaga
ni se hunde agazapado
en los abismos infernales del bosque
a suicidarse,

El verso de nieve,

Tengo Tu nombre.

Palabras que acompañan al carro del alba.



Como recientemente suscribí en un comentario a un posteo sobre
Hugo Mujica en el blog charlasdeliteratura.blogspot.com, la poesía no se analiza. No voy a subvertir aquí esta norma tan intocable, pero sí voy a basarme en mi propio principio, o en el leit motiv de este espacio: Reflexionar libremente sobre todo aquello que se me pase por la cabeza, haciendo relaciones que, útiles o no, me hacen sentir cómodo para recibirlos a ustedes aquí dentro, que en definitiva son los que habitarán mi cabeza en estos párrafos, para luego quedarse o irse a sus casas (sus cabezas).

Entonces, sigo con lo mío.

El yeite es que esta vez confluyeron en mi conciencia dos imágenes de blanco fulgor pero de disímil fuente de pensamientos. Ezequiel (que plantea con “Tengo Tu nombre” -NdR: Nótese la palabra “Tu” en mayúscula- una dirección a la Providencia) y Silvio, que quiere liquidar un recuerdo borrándolo a toda costa y hasta mencionando la palabra “Disparo”.
Se han conjugado en mí, sin querer, un hombre que le dedica a Dios su obra y otro que, a través de su poética, expresa sus deseos de muerte hacia un recuerdo que lo tiene a mal traer.

Prendamos la licuadora:

Para escribir el otro poema,
Para no verte tanto, para no verte siempre
En los abismos infernales del bosque,
una luz cegadora, un disparo de nieve:
palabras que acompañan al carro del alba.


Amigos, acompañen al carro del alba y la fuerza de las horas los acercará a la verdad: Para algunos Dios, para otros Ojalá.

Hasta la semana que viene, en este mismo blog, a la hora que ustedes quieran.

PD: Gracias Ezequiel (http://elblogdelamanuense.blogspot.com/) por permitirme postear tu obra, un abrazo grande.

lunes, 22 de junio de 2009

Obsesión 2 - (La mujer por el hombre)

Bella soy, oh mortales, como una pétrea flor.
Y mi seno, que a todos por turno ha torturado,
Fue hecho para inspirar al poeta un amor,
Tal como la materia, inmortal y callado. (…)
“Belleza” (de Las flores del mal, de Charles Baudelaire)


Buenas y santas, compañeros. El berretín de esta semana será el sempiterno metejón (qué tanguero que estoy hoy) del hombre por la mujer. La inmarcesible obsesión por su imagen, por su figura. Veamos la siguiente escena:
Exterior – Día – Ruido Ambiente de Ciudad. Una mujer pasa caminando, en la vereda se encuentra parado un hombre esperando el colectivo. La mujer ni siquiera atina a mirarlo, para ella, él es parte de la gris escenografía urbana. Para él, sin embargo, se paralizó el mundo. Se congeló el tiempo. Su corazón pugna por salir a abrazarla. La lírica de Lord Byron y lo más bajo y obsceno se fusionan en su imaginación para dar luz a una frase que resume el sentir de tal pobre criatura caída en la desgracia de la desesperación. (Manto de piedad: no reproducimos la frase) Luego de soltar la lengua con desparpajo, casi susurrando las líneas de su texto, sigue con su mirada al objeto de su deseo que, no detiene su marcha en velocidad crucero, ignorándolo por completo. De estas situaciones, miles. Y a través de la historia, una y otra vez, la figura de la mujer es puesta en el altar de la adoración masculina. Desde las diosas en los antiguos templos de casi todas las religiones hasta los programas de música tropical de los sábados por la tarde, donde a las bailarinas casi se les practica una ecografia transvaginal con la cámara. El hombre muere y mata por la mujer. En el caso de hoy, el hombre muere. Los dejo con Juan Gelman, y su poema Gotan”.



Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.

Escuchar al hombre hablar de la mujer no todas las veces es tan agradable, pues no todos los hombres son merecedores de una mujer. Diría que, enteramente, casi ninguno merece tan siquiera la compañía de una, tal premio es exagerado para quien la desprecia y la denigra. No hay en ellos la estatura espiritual y moral para reconocer a la mujer por lo que realmente es: el sutil indicio que nos da la vida para sugerirnos que la verdadera belleza existe y reside en ellas, destinadas a la superioridad, porque les fue dado el poder de dar a luz y la responsabilidad de mantener en el mundo la dosis de sensibilidad y sentido de cuidado que este requiere.
Pero, no quiero extenderme más en detalles sobre ninguno de los detractores del sexo opuesto, a quienes parece que un repollo les dio la vida, o que llegaron viajando en cigüeña desde París.
Por último, para refrendar todo lo que digo, y demostrar que no se trata sólo de la denotación del cuerpo de la mujer, o de lo sensual de su existencia, les dejo un texto de un hombre dedicado a una niña. Se trata de Lewis Carroll, autor de Alicia en el país de las maravillas, en este poema que da comienzo a “Alicia a través del espejo”

Niña de frente pura como un cielo sin nubes
Y ojos de sueño y dicha,
Aunque la ley del tiempo a los dos nos separe
La mitad de una vida,
Acoge como ofrenda este mágico cuento
Con amable sonrisa

¡Cuánto tiempo sin ver tu mirada radiante
Ni oír tu risa fina!
Sé que en tu joven vida no habrá de pervivir
Ninguna imagen mía.
Mas no importa: me basta que escuches ahora el cuento
Que mi pluma te envía

Un cuento que iniciamos en los días brillantes
De aquel cálido estío,
Una simple canción que a acoplar nos servía
Nuestro remar a un ritmo
Cuyos ecos perduran por más que años celosos
Nos sugieran olvido.

Ven, pues, y escucha antes que la voz implacable
-voz terrible y sombría-
Te anuncie y te recuerde, muchacha melancólica,
La cama aborrecida.

Niños viejos ahora, el tiempo de dormir
Nos apremia y agita.

Afuera, escarcha y nieve cegadora y locura
Del recio vendaval;
Adentro, el dulce nido de la infancia que canta
A la luz del hogar.
Al encanto de mágicas palabras, la tormenta
Ya no te arredrará.

Y aunque sin duda, dentro, la sombra de un suspiro
Lata bajo esta historia,
Por los felices días de aquel verano ido
Y el paso de su gloria,
No ajará con su aliento la mágica delicia
Que de este cuento brota.

Espero que hayan disfrutado de esta mezcla caprichosa de consideraciones.
Hasta la próxima semana, donde su tiempo se mezcle con el mío.



sábado, 13 de junio de 2009

Obsesión 1 - (tan simple como una frase musical)

Guerra. Del libro "Iluminaciones", Arthur Rimbaud (1854 - 1891)

Siendo niño, ciertos cielos afinaron mi óptica: todos los caracteres matizaron mi fisonomía.
Se conmovieron los Fenómenos.
-Ahora, la eterna inflexión de los momentos y lo infinito de las matemáticas me persiguen por este mundo donde padezco todos los logros civiles, respetado por una extraña niñez y los afectos enormes.
-Sueño con una guerra, de derecho o de fuerza, de lógica imprevista.
Tan simple, como una frase musical.

Una frase musical, dice aquí quien haya pasado una temporada en el infierno, nuesto bienamado Arthur. Tan simple como una frase musical, dice. Me obsesiona la posibilidad de conmover las fibras mas íntimas de un ser humano con dos o tres notas perfectamente conjugadas. Me obsesiona la capacidad de ciertos compositores de lograr la configuración, la clave exacta, lo simple de una melodía, dibujando en el aire. Caminando mientras hacen el camino. Baldosa a baldosa, flotando sobre un mar de posibilidades. Lennon lo hacía muy bien. Lo hacían muy bien los pioneros del Jazz (menos es mas). Pero esta semana, quien llegó al centro de mi sensibilidad con una composición simple (Formato canción que le dicen. Con un estribillo que se quedó a vivir en mi ducha) es un autor, un músico del cuál, sólo hasta hoy, había podido acceder a escuchar su canción mas popular. Se trata de Yusuf Islam, quien fue conocido como Cat Stevens en los setentas. Y la canción que se ganó mi atención por toda esta semana (eso no quiere decir que haya sido lo único que escuché, pero sí significa que ha formado parte tanto de mis tarareos diarios (una costumbre que no logro sacarme, se me "pegan" con mucha facilidad los temas) como de los compilados que armo en el reproductor winamp en el trabajo, para que corra todo el día) es:

"Wild World"

Now that I've lost everything to you,
You say you wanna start something new.
And it's breaking my heart that you're leaving.
Baby, I'm grieving.

But if you wanna leave, take good care.
I hope you have
A lot of nice things to wear,
But then a lot of nice things
Turn bad out there.

Oh, baby, baby, it's a wild world.
It's hard to get by just upon a smile.
Oh, baby, baby, it's a wild world.
I'll always remember you like a child, girl.

You know I've seen a lot
Of what the world can do
And it's breaking my heart in two
Because I never wanna see you a sad girl.
Don't be a bad girl.

But if you wanna leave, take good care.
I hope you make
A lot of nice friends out there,
But just remember
There's a lot of bad and beware.

Baby, I love you.
But if you wanna leave, take good care.
I hope you make
A lot of nice friends out there,
But just remember
There's a lot of bad and beware.

Dice Rimbaud: "Siendo niño, ciertos cielos afinaron mi óptica"
Dice Stevens: "You know I've seen a lot of what the world can do"
Dice Rimbaud: "...la eterna inflexión de los momentos y lo infinito de las matemáticas me persiguen por este mundo donde padezco todos los logros civiles..."
Dice Stevens: "But then a lot of nice things turn bad out there"

Uniéndolos caprichosamente, dejemos que canten a dúo Arthur y Cat, mientras esperamos que se me pase el efecto de esta semana. Pueden esperarme, o irse si quieren...

..."But if you wanna leave, take good care.
(pero si quieres irte, ten cuidado)
I hope you make a lot of nice friends out there,
(espero que hagan muchos amigos por ahí)
But just remember, there's a lot of bad and beware".
(pero recuerda, que hay mucho mal y ten cuidado)


Hasta la próxima semana (obsesión).

Les dejo el link del video, disfrutenlo:
http://www.youtube.com/watch?v=4ihaOLOt29U

viernes, 12 de junio de 2009

Presentación

Bueno, bienvenidos a mi cabeza. La abro para ustedes. No van a ver nada que no hayan visto antes, no se asusten. Es un lugar reducido, siempre hay algún rincón sucio, nunca parece haber espacio para nada más, pero siempre lo hay. Aquí guardo lo que no entra en el corazón, las cosas prescindibles. Estas letras serán, como eslabones de acero, su guía hacia lo más profundo de mí. Pueden quedarse esta noche, hay de que alimentarse y las noches son menos desoladoras si compartimos soledades. Esa luz que ven a través de aquel conducto es el umbral hacia lo desconocido, tal vez sientan la tentación de cruzarlo. Allí verán imágenes repetidas que se fragmentan y se desvanecen. Verán un deja vú atrás de otro, disolviéndose, rearmándose, deconstruyéndose y animándose en una danza reciclada para alcanzar su muerte nunca definitiva. Estos procesos en mí duran una semana. Son obstinaciones repentinas siempre efímeras. Caprichos. Obsesiones. Obsesiones semanales. Cada una de ellas compartiré con ustedes. Así que tomen de este lugar lo que quieran, la ceremonia empezará, seré quien haga los honores... ...una vez por semana.